Las obras de arte son sensibles a su entorno, por lo que es importante brindarles un cuidado adecuado para conservar su belleza y valor con el tiempo.

• Evite el contacto directo. Una vez colocada en su lugar de exposición, procure no tocarla directamente para evitar huellas o daños accidentales.
• Controle la temperatura. Evite cambios bruscos de temperatura y humedad, ya que pueden afectar los materiales de la obra.
• Proteja de la luz. Minimice la exposición a la luz solar directa o a fuentes de iluminación intensa, ya que esto puede causar decoloración o deterioro.
• Mantenga la obra limpia. Retire el polvo con un paño suave y seco, y evite el uso de productos químicos o limpiadores domésticos.
• Evite contaminantes. Mantenga la obra alejada de alimentos, bebidas y ambientes con humo o vapores.

Siguiendo estas recomendaciones, podrá disfrutar de su obra en las mismas condiciones en las que la adquirió durante muchos años.